Hoy en día, los
modelos de contratación y prestaciones para los trabajadores han cambiado
drásticamente. Hace treinta años, al entrar a trabajar a una empresa, era
obligación del patrón dar de alta a sus empleados en el sistema de seguridad
social. En México, las opciones eran el Instituto Mexicano del Seguro Social o
el ISSSTE para los trabajadores del Estado. Estas instituciones se encargan de
dar seguimiento a la salud de sus derechohabientes y, en caso de requerir una
incapacidad, cubren los pagos de los empleados. Asimismo, ambas dependencias
cuentan con hospitales de especialización según las necesidades médicas, en
todos los niveles; su atención médica es de la más alta calidad. Para formar
parte del esquema, el patrón paga una parte del seguro y el trabajador otra, la
cual se le descuenta de su salario mensualmente.
Pareciera que no
ha pasado tanto tiempo desde entonces, lo cierto es que los sistemas de salud
pública en muchos casos ya están rebasados y también los dueños de las empresas
prefieren tener ahora empleados bajo otros esquemas. Principalmente ha cobrado
fuerza el llamado freelance, donde una persona puede trabajar para
diferentes empleadores y ser su propio patrón, muchas veces trabajando desde
casa, sin tener que acudir todos los días a la misma oficina. Todas las
personas que se encuentran en este modelo, o también los muchos trabajadores
informales que hay en el país (comerciantes, trabajadores de pequeños negocios
o del hogar) no forman parte del padrón de estas dependencias de salud y cuando
llegan a verse ante una necesidad médica les es imperativo acudir a consultas
particulares en hospitales privados, los cuales resultan por demás costosos.
Existen segurosde salud que se acoplan a las necesidades de todas las personas, esto
quiere decir que cada quien puede armar un esquema de pagos y tratamientos
según sus posibilidades y requerimientos. Por citar un caso: puede ser un
seguro de salud individual o familiar, que cubra consultas médicas de
diferentes especialistas; otra opción es un seguro de gastos médicos que nos dé
tranquilidad en caso de requerir hospitalización especializada por algún
accidente o una enfermedad. Existen asimismo seguros para ciertas
especialidades, por ejemplo un seguro dental, oftalmológico o de nutrición.
Estos seguros son sumamente adaptables, tanto a lo que requiere cada persona
como a lo que puede pagar, es decir, no hace falta liquidar grandes cuentas de
golpe o mes con mes dar sumas que nos rebasen.
Es importante que todas estas personas que no
cuentan con un seguro médico estatal sepan que ellos pueden contratar
sus propios seguros de salud y que no echen esta información en
un saco roto, es muy fácil acercarse con un agente de seguros o realizar una
búsqueda exhaustiva en internet para conocer las diferentes ofertas que existen
en el mercado de seguros. Así podrán encontrar alguno que se adapte a lo que
ellos y su familia pueden necesitar en un plazo de tiempo corto o más amplio, y
contratarlo cuanto antes.
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